Entender cómo el entorno afecta el comportamiento de tu perro

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La interacción con el ambiente como clave en el adiestramiento canino.

Cada acción, reacción y respuesta que un perro muestra está influenciada por su entorno. Cómo el entorno afecta el comportamiento de tu perro es un aspecto clave a tener en cuenta, ya que el comportamiento de los perros nunca ocurre de manera aislada o en un vacío. Los estímulos que lo rodean, las interacciones sociales, los sonidos, las personas y otros animales juegan un papel crucial en la forma en que un perro actúa en un momento dado. Comprender esta interacción entre el perro y su ambiente es fundamental para un adiestramiento exitoso y para manejar los comportamientos problemáticos de manera efectiva.

La conducta canina

El contexto en el que se desenvuelve el perro es determinante para su conducta. Los perros responden constantemente a lo que sucede a su alrededor, lo que significa que el mismo comportamiento puede variar en función del ambiente. Un perro que se comporta de manera tranquila y obediente en casa, puede volverse ansioso o desobediente en un parque lleno de otros perros o ruidos fuertes. Esto no se debe a una falta de entrenamiento, sino a una respuesta natural a los nuevos estímulos presentes.

Cuando trabajo con un perro, uno de los primeros aspectos que evalúa es el entorno en el que ocurre la conducta que se desea modificar o reforzar. No es lo mismo entrenar a un perro en un espacio cerrado y controlado que en un lugar con muchas distracciones. El perro está interactuando con su entorno todo el tiempo, por lo que lo que funciona en un ambiente no necesariamente funcionará en otro. Los olores, los sonidos y las vistas pueden alterar por completo su comportamiento.

La relación entre el ambiente y el refuerzo

En el adiestramiento canino, utilizamos refuerzos para aumentar la probabilidad de que un comportamiento deseado se repita. Sin embargo, el éxito del refuerzo está íntimamente ligado al ambiente en el que se encuentra el perro.

Un perro puede estar más o menos motivado para recibir una recompensa dependiendo de lo que lo rodee. Por ejemplo, si estamos en un parque lleno de distracciones, la recompensa que usamos (ya sea una golosina o una palabra de elogio) puede no ser suficiente para captar la atención del perro, que puede estar más interesado en los otros perros o en los olores nuevos que percibe.

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Perro distraído cuando le ofrecen una golosina

Por esta razón, en mi enfoque como adiestrador, siempre recomiendo a los dueños que incrementen gradualmente el nivel de distracción en el entorno a medida que el perro va aprendiendo. Comenzamos en un ambiente controlado, donde el perro puede concentrarse fácilmente, y luego progresamos a escenarios más desafiantes. Esto enseña al perro a generalizar lo que ha aprendido, independientemente del entorno en el que se encuentre.

Estímulos del entorno como desencadenantes

Muchos problemas de comportamiento en los perros, como la reactividad, la ansiedad o la agresión, se originan o se agravan por el ambiente en el que se encuentran. Por ejemplo, un perro que se comporta de manera agresiva hacia otros perros no necesariamente es agresivo por naturaleza; en muchos casos, es el resultado de la acumulación de estímulos o experiencias negativas que ha tenido en ese entorno específico. 

Quizás hubo una pelea previa, o el perro ha estado expuesto a situaciones estresantes, y ahora su conducta está condicionada por el contexto en el que se encuentra.

En estos casos, una parte clave del trabajo como adiestrador es identificar esos estímulos y enseñarle al perro a reaccionar de manera diferente ante ellos. Este proceso se llama desensibilización y contracondicionamiento.

Adaptando el entorno para modificar conductas

Una técnica poderosa que utilizar el suelo es ajustar el entorno para facilitar el aprendizaje del perro. Por ejemplo, si un perro se distrae fácilmente con otros perros, podemos trabajar inicialmente en un lugar más apartado donde el estímulo esté presente, pero a una distancia en la que el perro aún pueda concentrarse.

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Perro entrenando en un entorno tranquilo

A medida que avanza el entrenamiento, la proximidad de los otros perros puede ir aumentando gradualmente. Esto no solo refuerza la conducta deseada, sino que también le enseña al perro a manejar su entorno de una manera más.

Igualmente, cambiar pequeños detalles en el ambiente puede tener un impacto significativo en la conducta de un perro. Cambiar la rutina de paseos, variar los juguetes que se le ofrecen o simplemente modificar el lugar donde se alimenta puede influir positivamente en su comportamiento.

Por eso, siempre invita a los dueños de perros a ser observadores y probar ajustes en el entorno como parte de la solución a los problemas de conducta.

El papel del entorno

El ambiente no solo se refiere a los aspectos físicos, como los sonidos o los objetos en el hogar. Las interacciones sociales también son una parte clave del ambiente del perro. Los perros son animales altamente sociales, y sus conductas se ven profundamente influenciadas por su interacción con otros perros y personas.

Los perros aprenden observando el comportamiento de sus compañeros, y su relación con los miembros de la familia o con otros animales puede influir directamente en cómo se comporta.

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Perro observando el entorno

Se han visto casos en los que el comportamiento indeseado de un perro estaba relacionado con dinámicas familiares tensas o con la falta de una rutina clara en el hogar.

Los perros se alimentan de la energía y el estado emocional de quienes los rodean, lo que significa que un ambiente de calma y consistencia es clave para un perro bien equilibrado. Por otro lado, un entorno caótico o lleno de estrés puede contribuir a comportamientos ansiosos o destructivos.